Una ruta por Teruel

Dicen que Teruel existe, y puedo dar fe de ello. Pero además añadir que existe y a lo grande. En mi última escapada he visitado unas cuantas zonas y me ha encantado. Por eso, si tienes oportunidad de acudir, os lo recomiendo de corazón. No hagas casos a esos estudios que dicen que esta provincia es una de las más tristes de España, porque de verdad que no tienen ni idea.

La primera visita fue a Calamocha. Se trata de una encrucijada de caminos y crisol de culturas, por este lugar pasaba hace 2000 años la calzada romana que unía Zaragoza y Córdoba y de aquella época se conserva en perfecto estado el bello puente romano sobre el río Jiloca. Sus edificios históricos merecen un paseo de un par de horas por sus calles. Calamocha es también epicentro de una actividad que nos puede poner la boca llena de saliva, el secado y oreado de jamones. Se sitúa al noroeste de la provincia de Teruel, a 70 km de la capital y a 110 km de Zaragoza.

La siguiente parada nos llevó a la zona denominada como Cuencas Mineras. Es una zona tradicionalmente minera, con minas de carbón en su variedad conocida como lignito. Sus parajes se encuentran surtidos de numerosos restos arqueológicos , pinturas rupestres e igualmente cuentan con numerosas iglesias mudéjares, góticas y renacentistas, castillos y casas palaciegas que les invitamos a visitar. Lo que más me gustó es juntarme con su gente, que aunque pueda parecer que son de mente arcaica, son muy abiertos y sobre todo dispuestos a innovar para poder sacar adelante un negocio como el suyo.

Y por último, tuvimos nuestra ración de naturaleza en estado puro con la llegada al a sierra de Albarracín, uno de los lugares más recomendables. Nos adentraremos entre bosques y montañas hasta llegar a Villar del Cobo situada entre la Serranía de Albarracín y los Montes Universales y junto al río Guadalaviar. Allí es donde verás las calles estrechas y empinadas, que te hacen estar  a la época del medievo…, una arquitectura popular perfectamente conservada construida con entramados de madera y tabicones de yeso rojizo con rejas de forja local y trabajados aleros de madera. No puedes perder la ocasión.

Un percance

En este viaje por Teruel no todo iban a ser bonitas palabras. Como parece que me ha mirado un tuerto no me faltó la tradicional avería de coche. Comencé a notar que algo no iba bien y que el tubo de escape quemaba mucha gasolina y salía el humo muy negro. Por supuesto era el aceite, así que me tocó hacer de mecánico. No es que me pillara de sorpresa, para nada, solo con deciros que que ya llevaba un filtro de aceite en el coche, está dicho todo ¿no?.  Lo cogí en la tienda web reparatelotu.com, que cuentan con proveedores de recambios de coches para todas las marcas de vehículos que hay actualmente en el mercado, y afortunadamente como tengo conocimientos de mecánica del automóvil pude ahorrarme unos euros con esta avería. Y es que como dice su nombre, te lo arreglas tú mismo. Pues bien, así lo hice, tardé un ratín pero pudimos seguir con nuestro viaje sin problemas.

Como puedes comprobar mi viaje tuvo de todo. Pero claro que ganó por mucho lo bueno de lo malo. Así pues, ya tengo puesto en mi agenda que habrá que volver a conocer más zonas de Aragón, una comunidad con muchas posibilidades en todos los aspectos, porque la verdad es que enamoran.

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