Sal, un producto necesario para la alimentación y las carreteras aragonesas

Existen zonas en las que un producto es muy necesario pero en las que su producción, por los motivos que sean, no es todo lo grande que debería ser para tratar de cubrir todas sus necesidades. Es algo a lo que estamos acostumbrados en muchos rincones de España y que tenemos que resolver de la manera mÔs eficaz y eficiente posible. Una de las zonas que padece este tipo de situaciones es la nuestra. Y es que Aragón tiene una necesidad importante de una serie de productos de los cuales no puede producir una cantidad ingente. Apoyarse en otras zonas de España es, por tanto, elemental en este sentido.  

Aragón presenta un problema en este sentido en lo que tiene que ver con un producto como lo es la sal. No tenemos grandes empresas dedicadas a este modelo de negocio y nuestro consumo es bastante importante, no solo desde el punto de vista de la alimentación sino también desde el que tiene que ver con la sal que se utiliza para descongelar el hielo de nuestras carreteras, especialmente las que se encuentran en el Pirineo aragonés y que son rutas seguidas por muchas personas a la hora de venir o acudir a Francia.  

Cada año, ya desde finales del mes de septiembre o principios del de octubre, las carreteras de la zona se convierten en verdaderas trampas si no se ponen las medidas de protección adecuadas para evitar cualquier tipo de accidentes y problemas. Una de esas medidas consiste en la utilización de sal. Estas carreteras necesitan un servicio como este hasta bien entrada la primavera, concretamente hasta finales del mes de abril (e incluso en mayo sigue haciendo falta este elemento durante algunos años). El consumo de sal de Aragón es elevado por ese motivo.  

Hemos querido saber, al respecto de este tema, cómo estĆ” el asunto en lo que respecta a la producción de sal en EspaƱa, para lo cual hemos hecho uso de los dados que hemos extraĆ­do del portal web Statista. SegĆŗn esos datos, la producción total de sal en EspaƱa es de 4’2 millones de toneladas mĆ©tricas, algo que se sitĆŗa en la media de lo que venimos produciendo en los Ćŗltimos aƱos puesto que en 2011 esa producción era de 4’5 millones de toneladas mĆ©tricas y ha habido aƱos en el que apenas se han alcanzado los 4’1 millones.Ā Ā 

También hemos recurrido a los datos que nos ofrece Statista para saber cuÔles son los países del mundo en los que existe una mayor producción de este tipo de producto. En concreto, China, Estados Unidos y la India son los que mandan a este respecto, siendo la producción de los chinos de unos 68 millones de toneladas métricas, una cifra que es espectacular y que pone de manifiesto que la de nuestro país no es una de las mayores producciones del mundo ni mucho menos. Aunque también es cierto que nuestro consumo no es tan alto como lo puede ser el de los chinos.  

Aragón es una de las regiones en las que mÔs necesario es disponer de sal por cuestiones derivadas, principalmente, del propio consumo humano y de la necesidad de eliminar el hielo de las carreteras del Pirineo aragonés durante las estaciones de otoño, invierno y primavera. La producción de la región no da como para cubrir su consumo y por eso se necesita de la colaboración de empresas de otras zonas de España. Hemos contactado con las administraciones públicas para saber de dónde se compra la mayoría de sal que se consume en la región y nos han comentado que la zona de Córdoba es una apuesta mÔs que segura. En concreto, hace años que las autoridades aragonesas confían en la sal de Humanes Guillén Eurosal.  

Una necesidad bÔsica para el ser humano  

Desde luego, nadie puede dudar de que la sal es uno de los productos que los seres humanos consideramos como bÔsicos en los tiempos que corren. Cocinamos con sal para otorgarle un buen sabor a todos y cada uno de nuestros productos. De lo contrario, nada nos sabe igual. Los productos típicos de nuestra región se elaboran, en su gran mayoría, con un ingrediente como este. Y es que no cabe la menor duda de que tenemos que tener el suficiente stock como para tener bien cubiertas las necesidades de nuestra población, aunque ésta no sea la de lugares como Cataluña o Madrid y aunque tengamos que traer la sal desde Córdoba.  

EstÔ fuera de toda duda también el hecho de que, en los próximos años, va a seguir siendo elemental el consumo de un producto como este. Por eso debemos seguir confiando en una sal de calidad, que nos ayude a hacer de nuestra gastronomía algo mucho mejor de lo que ya es de por sí y que haga de nuestras carreteras un lugar mucho mÔs seguro. Todo esto otorgarÔ una imagen idónea a una región como la nuestra, que ya de por sí tiene una muy buena fama tanto en lo relativo al público nacional español como al europeo.  

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