Aragón es una comunidad que adoro pero que tiene un hándicap, el mar. No puedo evitarlo, cuando veo esas ciudades con costa maravillosas donde parece que puedas estar de vacaciones aunque realmente no lo estés, y pienso que nosotros no podemos disfrutar de esa ventaja y me da envidia. También es verdad que disfrutamos de otras cosas que otras comunidades no tienen, como es lógico, pero yo echo de menos el mar. Tal vez por eso seamos una de las comunidades con más piscinas por número de habitantes, para contrarrestar un poco esa carencia.
De hecho, en Aragón hay tantas piscinas que podríamos hablar de empresas que se dedican en exclusividad a dar servicio tanto a particulares como a empresas públicas y privadas y no necesitan ampliar beneficios. Ahora, que esto también trae consigo algunos problemas.
En Aragón tenemos un clima un poco extraño, al menos eso pienso yo. En verano podemos achicharrarnos al sol como hacen los del sur y en el invierno hace tanto frío que se nos congela la punta de la nariz en cuanto asomas la cara por la puerta de casa, es un contraste brutal, y eso hace que los meses en los que podemos usar la piscina (al menos la descubierta) se reduzcan a tres o cuatro al año. Esto conlleva que los otros 9 meses restantes dichas piscinas permanezcan cerradas, vacías o llenas, y en muchas comunidades se opta por la típica lona que la cubre para evitar que caiga suciedad en ella durante los meses que permanece fuera de servicio.
Ojo con la limpieza
En esos casos, la limpieza es de vital importancia. Pensad en un embalse de agua estancada donde los insectos hacen “su agosto”. Pues una piscina es exactamente lo mismo y no tener el agua en perfectas condiciones puede traer serios problemas, desde plagas de mosquitos hasta enfermedades contagiadas por bacterias que sobreviven en el agua sucia. Por eso es tan importante contar con una buena bomba de agua y un buen sistema de limpieza. En mi comunidad cambiamos cada tres años casi todo y, obviamente, el mantenimiento es constante. Solemos comprar estas bombas domésticas que nos han dado muy buen resultado y las tenemos en continuo movimiento para evitar que el agua se estanque y se ensucie.
Ahora bien ¿Cómo elegir una bomba doméstica correctamente? Pues para empezar debemos diferenciar entre aguas limpias y aguas sucias, porque no es lo mismo bombear agua de piscina, agua corriente o incluso agua de mar que bombear aguas fecales o aguas estancadas que pueden contener insectos muertos o fango.
Una vez que tengamos esto claro hemos de pensar donde se va a instalar la bomba, porque si ha de estar en contacto con el agua deberá ser sumergible para asegurarnos evitar su deterioro y si, por el contrario, no es necesario, podrá ser una bomba de agua de superficie. Con respecto al rendimiento pensad exactamente en lo que necesitáis porque dependiendo del uso que se le vaya a dar necesitará mayor o menos potencia, así de sencillo.
Obviamente tener una piscina es un problema para muchos, pues hay que ser responsable con ella y dedicarle tiempo y dinero a su mantenimiento, pero si eres como yo, un ser de agua, no te importará nada porque el sacrificio merecerá la pena cuando lleguen los meses estivales y puedas pasarte las horas a remojo, te lo aseguro.